Me gustaría comentar lo que me ha llamado la atención de esta espectacular novela. Su título “Sangre a borbotones” ya fue impactante, pero en su interior me fije en pequeños detalles que poco a poco si leeís mi comentario ireís entendiendo. Hay varios fragmentos de este libro que me han echo pensar. He de confesar que casi todo lo que leo intento que me sirva en mi propia vida, para mis propias experiencias. Me encanta soñar, soy una soñadora e intento ser bastante optimista para todo. Por eso me siento un poco identificada con Zarco y porque no, también con Clot. Clot parece un personaje algo pesimista, o más bien realista diría yo. Tiene metas, como todos, pero vive con los pies en la Tierra.
A continuacion os iré poniendo algunos fragmentos de esos que os dije que me han echo pensar, recapacitar sobre mi vida.
“¿Y nosotros? ¿Nos damos cuenta nosotros de lo que nos pasa? A lo mejor nos sucede lo mismo y ni siquiera lo sabemos. A lo mejor somos incompletos, somos un fragmento de algo mayor, una parte separada del resto. Y seguimos así, sin saberlo siquiera.”
Esta parte tiene su “chispa”, todos vivimos una realidad común: sociedad, educación, política, etc. Son diferentes según la suerte que hayas tenido al nacer en un lugar u otro. Pero también tenemos una realidad propia, única de cada persona, la que nos caracteriza a la hora de ir creando nuestra personalidad y a nosotros mismos como persona. Es la gente con la que te relacionas, la gente a la que admiras, los amores que llegan y que se van dejando siempre huella en un órgano conocido como corazón.
Pues bien, no nos damos cuenta de los que nos pasa, simplemente vivimos, vivimos nuestras dos realidades, completos o no, cada uno vamos construyendo nuestra historia.
“La luz del sol se parecía a la mercromina sobre el rasponazo. Para no ser reconocido, le dí la vuelta a mi corazón reversible y metí las manos en los bolsillos del pantalón mil rayas.”
Esto me recuerda a que todos, absolutamente todos, tropezamos alguna vez en nuestra vida. A veces nos caemos, otras simplemente tenemos más suerte. Pero cuando nos caemos, deja una herida que hay que curar si o si, para poder seguir adelante. Quizás en medio de la oscuridad, siempre se necesita una luz que nos guíe. El corazón de las personas no cambia de la noche a la mañana, es imposible. Se puede disfrazar, pero seguirá sintiendo el mismo. Al igual que no se puede pedir que el fuego se congele o que el agua no moje, el corazón es involuntario, ni tu, ni yo, ni nadie puede controlarlo.
“A pesar de los malos modos, Zarco lo entendió como propuesta constructiva. Él estaba convencido de que la vida era una cuestión de actitud, todo consistía en acumular energía de signo positivo, recoger buenas vibraciones, entrar en contacto con tus propios sentimientos y demás solipsismos recreativos.”
Es en este sentido cuando digo que me parezco a Zarco. Como él, pienso que en la vida todo es cuestión de actitud. No es lo mismo enfrentar los problemas o los obstáculos con fuerza y una sonrisa, que con desgana y desilusión. Ojo, que no estoy diciendo que nadie se tire desde un quinto haber si puede volar y sobrevivir. No, todo con ciertos límites.
“Insistía en que debía luchar para ella, salvar su matrimonio, comenzar de nuevo, hablarlo, marcarse objetivos compartidos, en fín, cosas así: mantener la dichosa actitud positiva.”
Y seguimos con los mismo, la actitud. Marcarse unos objetivos, metas, sueños, etc, siempre ayuda a seguir adelante, a luchar por lo que se quiere. Por lo tanto, la mejor forma de emprender el viaje hacia lo que se desea es tener confianza en uno mismo, buscar soluciones, no problemas y no tener miedo a equivocarse, pues un muy buen amigo que escribe “que te cagas” (con perdón), me dijo: “Marina, equivocate en la dirección correcta, es mejor que equivocarse en la dirección equivocada”
“He tenido tantos sueños de grandeza como cualquiera. Quise ser alguien, ¿Pasa algo? ¿Quién no ha sido, por dentro, un gran escritor, un músico, un músico o el campeón del mundo en ajedrez?
Pocos consiguen serlo también por fuera, ante los demás, pero ante sí mismo, por dentro, ¿Quién no se ha soñado excepcional? Se trata de ese otro sueño agotador, la pesadilla abrumadora y violenta que dura años y años, dormidos y despiertos, con el mismo afán a cuestas, terribles años llenos de días de turbio en turbio y noches de claro en claro.
Hay quien muere sin despertarse, convencido aún de que tiene pendiente, casi a punto por fín, su obra maestra, esa novela, esa sinfonía, esa película o ese teorema matemático.”
Me parece que este fragmento es mi preferido. Me impulsa a soñar, despierta o dormida, a querer realizar mis sueños. Me encanta. Todos deberiamos soñar, ¿Qué hay de malo en eso? ¿Qué no se pueda cumplir?. Bueno, a eso nos arriesgamos. En algún lugar deben expresarse con total libertad nuestros deseos más profundos, aunque no se puedan hacer realidad ¿Qué mejor lugar qué el subsconsciente?
“Hay un miedo que viene de fuera o así nos lo parece: el miedo a la oscuridad, a los resultados de un ánalisis o a las escaleras sin barandilla. El miedo a Chopeitia a los matones del colegio. Puede tener una causa real o imaginaria, da lo mismo, puede ser miedo a los marcianos a la inspección de Hacienda.
Hay una amenaza que viene de fuera (o así lo creemos, incluso cuando solo está dentro de nuestra cabeza). Ese es el miedo que tarde o temprano uno puede comprender, vencer o sustituir por otro semejante.
Lo malo es el miedo que viene de dentro de mí mismo. Sin ninguna razón. Cuando nada me amenaza. Miedo al curso normal de los acontecimientos. Miedo a la corriente invisible que me empuja, desde abajo, como a las aguas negras de la Castellana, hacia la alta mar del olvido.”
Existen diferentes tipos de miedo, es una emoción caracterizada por un intenso sentimiento habitualmente desagradable, provocado por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado. Pero no es más que eso, una emoción, y las emociones las podemos controlar y superar. El peor miedo de todos es temerse uno mismo o perderse, no saber hacia donde encaminar tus propios pasos. Pero lo que no nos damos cuenta es de que estamos rodeados de señales, de carteles que nos indican el camino. Esos carteles muchas veces son tus amigos, tus padres, tus familiares, profesores o incluso, por qué no, un desconocido.
Os invito a no tener miedo, a superar vuestros miedos. Os garantizo que si lo intentáis, merecerá la pena.
“Próxima estación: Esperanza. Final del trayecto”
Subiros a este tren y no os bajéis nunca. La esperanza no es fingir que no existen los problemas, es realmente la forma más exacta de encontrar las soluciones, que nos brinda la vida cotidiana.
Es la confianza de saber que estos no son eternos, que las heridas curarán, y las dificultades se superarán. Es tener fe, es una fuente de fortaleza y renovación absoluto de nuestro interior, la que nos guiará desde la oscuridad hacia la luz.
“Por primera vez en su vida está mirando los hilos, en lugar de mirar los títeres ¿me comprende?”
Está frase me recuerda a un texto que escribí a un amigo mío. Le decía que yo era un títere y que él era el que controlaba mis cuerdas. Y que tenía miedo, miedo a que me dejara caer y fuera yo la que quedase en el suelo inservible. Por eso me gusta. También añado que no os dejéis dominar, que no seaís los títeres y que si alguna vez lo soís, que seaís capaces de cortar vosotros vuestras propias cuerdas.
“Desde luego, había que ver de qué cobarde barro estábamos hechos, de cuán frágil arcilla nos iban fabricando, uno por uno, troquelados, estarcidos con una sola plantilla defectuosa, amasados de la misma materia indecisa que la luz de la tarde o que las despedidas de las estaciones.
Así somos: no digo más.”
Bueno, es cierto, a todos nos imponen una política, una sociedad y una educación. Estamos controlados, somos exactamente comon quieren que seamos. El poder lo controla todo. Pero ahí estamos nosotros, con nuestra propia personalidad y nuestros propios ideales, para plantar cara al “poder” si no nos gusta lo que nos imponen. Porque uno quizás no haga nada, quizás este loco o loca, pero si va encontrando a gente como él o ella, y van descubriendo que en realidad su locura no es algo tan difícil o tan extraño, entonces las cosas cambian.
No tengo más que decir, se qué me he extendido bastante, pero tenía muchas cosas que contar. La última de ellas, es agradecerle a Rafael Reig por molestarse visitar nuestro centro, fue un gran detalle. Es un gran escritor “no digo más”.
2 comentarios:
Marina, la magia de la literatura o más bien, su sello de identidad es precisamente el c´mo nos sentimos identificados con alguno o muchos de los aspectos que se tratan. Nos gustará más o meos en tanto en cuanto conecte con nosotros. Tus reflexiones y las citas del libro están muy bien elegidas.
No digo más
Macagoen mi puta bía, me he leío otro levro.
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