martes, 26 de abril de 2011

Madrid, Madrid, Madrid (Álvaro Solís Parra. 1ºB)


Quizás lo que más me ha gustado de esta novela, sangre a borbotones, es sin duda el ambiente que Rafael Reig recrea como enclave de la historia. Si yo escribiese una novela alguna vez (quien sabe, lo mismo estoy dentro de 20 años firmando en una caseta de la feria del libro) utilizaría un espacio distinto al que vivimos, y seguramente también una época diferente. Esta es una manera estupenda para dotar al libro de originalidad y juego, porque si no tienes que ceñirte a unos lugares conocidos, o a unos hechos preestablecidos, tienes total libertad para crear el mundo o el ambiente que mejor te convenga, incluso improvisando sobre la marcha. Además tienes la posibilidad de mezclarlo con la realidad, tal y como ha hecho el autor, escogiendo lugares que todos conocemos, pero modificándolos por completo llevándoselos a una época futurista, como en el Madrid de la novela, y si consigues combinar estos elementos de manera atractiva el resultado es verdaderamente impresionante, Un gran ejemplo es sangre a borbotones.
Una España futurista, que ya no es España, sino una República Federal que ha pasado por un gobierno comunista y una invasión estadounidense (sucesos que sería interesante aclarar en otro libro por lo menos), en un mundo sin petróleo, dominado por las bicis y las grandes empresas.


Como capital, Madrid inundada, con tugurios en los que se hacen espectáculos de magia, en el que hay lugares como el puerto Atocha o el Canal de la Castellana. En el que las zonas siguen denotando el poder económico de sus habitantes, como los puertos deportivos de Pozuelo y Puerta de Hierro o los suburbios que se inundan como Legazpi y Vallecas. Y yo digo, ¿qué mejor lugar que este inusual Madrid para una novela negra? Es perfecto para cometer crímenes, con un escondite para cadáveres tan largo que atraviesa la ciudad entera, un canal de oscuras e inhóspitas aguas, la Castellana. Dominado por una gran compañía que actúa como una mafia del narcotráfico y deja al descubierto la impotencia de las autoridades. En el que a diario se producen misteriosos asesinatos, desapariciones y robos, en el que un investigador privado se sentiría como pez en el agua.

Yo creo que actualmente no hay un escenario en España capaz de acoger una novela de estas características, así que, ¿por qué no crear uno nuevo? Pues esto es lo que ha hecho Rafael Reig, creando un Madrid más tétrico y misterioso que nunca, el cual, quién sabe, quizás veamos algún día.
P.D.: Perdona Laura, pero ya lo tenía hecho…

3 comentarios:

Óscar dijo...

Hola Álvaro,

Entre otras muchas, has hecho una observación muy aguda respecto a la relación entre los dos "Madrides" paralelos: la elección consciente del autor de lugares que todos conocemos para situar su novela. Has apuntado algo muy importante: el equilibrio entre familiaridad y extrañeza que consigue Rafael Reig al hacer ésto. Quería lanzarte a tí, y en general, una pregunta: ¿funcionaría igual de bien la novela en una ciudad imaginaria, distinta de Madrid, que el lector no identificara con un lugar real?

P.D.: Rafael Reig ha ambientado otras dos novelas en su Madrid particular.

P.P.D.: Cuando dentro de (algo menos) de 20 años vayas a la Feria del libro, yo iré a que me firmes tu novela, libro de relatos, obra de teatro o poemario.

Bruno dijo...

yo creo que también tiene su importancia el poder tener consciencia de por donde está transitando los personajes. Pues, a fin de cuentas el marco está un poco modificado.... pero es un futuro posible y partes de la historia podrían estar sucediendo ahora mismo. pues, tanto los cornudos, los yonkies, las mafias, los autores fracasados y los detectives son personas cotidianas que hay en madrid y en cualquier sitio.
para mí esta novela es todo a la vez. está mezclando la fantastica con la real para contar tanto cosas que son imposibles de suceder como critica a asuntos que ocurren hoy en día

Bruno dijo...

se me ha olvidado poner que soy Bruno Garrido de 1ºC